Los accidentes provocados por la mordedura o picadura de animales ponzoñosos causan graves consecuencias en la salud pública y animal. Pueden originar trastornos locales y/o generales de variada intensidad y en ocasiones pueden llevar a la muerte. Pueden afectar tanto a las personas como a los animales y los ámbitos de ocurrencia pueden ser áreas tanto urbanas como rurales.
Según la Real Academia Española, la palabra “ponzoña” significa sustancia que tiene en sí cualidades nocivas para la salud, o destructivas de la vida. Por otro lado, la etimología de la palabra “veneno” (del lat. Venēnum) indica: sustancia que, introducida en un ser vivo, es capaz de producir graves alteraciones funcionales e incluso la muerte (RAE, 2020).
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En Argentina, los accidentes son de notificación obligatoria según la Resolución N° 1715/07 del Ministerio de Salud de la Nación, es decir, los casos humanos de accidentes con animales ponzoñosos deben ser informados por los equipos de salud a la autoridad sanitaria correspondiente.
Esta notificación se realiza discriminada por ofidios, arácnidos y escorpiones.
Es fundamental que el personal de salud que atienda a las personas afectadas por este tipo de accidentes lo comunique, para contar, de este modo, con la información necesaria e implementar medidas de prevención y/o control, como así también poder realizar un tratamiento precoz con antivenenos específicos, la identificación del animal agresor y planificación de las intervenciones (Ministerio de Salud de la Nación, 2014).